
El conflicto interno entre Arendia y Tarevia se convirtió en el culebrón del verano. Todo empezó el 1 de julio, cuando los arendianos proclamaron su independencia según dijeron “por el abandono institucional en los territorios y ante la imposibilidad de convocar un referéndum para decidir sobre el modelo de Estado de Tarevia”.
El 13 de julio, las autoridades arendianas confirmaron que se reintegraban en Tarevia. Habían alcanzado un acuerdo verbal “para que Monte Arendia sea una provincia con autogobierno, Senado propio y pretor (gobernador)”. El acuerdo pasó a ser oficial una vez el Senado de Tarevia aprobó la Lex Arendiana, con la que se reconocía la oficialidad de la Provincia de Arendia.
Pero el tiempo pasó y no se hizo efectiva ninguna de las promesas de las autoridades tarevianas, así el 11 de agosto Arendia se independizó – otra vez -, y creó sus propias instituciones y sitios oficiales en Internet. Poco más de una semana duró la joven república, hasta que de nuevo se disolvió para incorporarse a Tarevia. Esta vez, eso sí, con las promesas cumplidas: El Senado de Tarevia hizo oficial la Provincia de Arendia a partir del 24 de agosto, los arendianos tendrán sus propias instituciones y autogobierno.
Además los arendianos han arrancado muchas reformas, como la creación de leyes de transparencia y gobierno abierto, pues hubo no pocas acusaciones de corrupción cuando Arendia decidió independizarse, algo que atribuyeron a la corriente monárquica.
Desde su fundación, Tarevia es una monarquía. El germen tareviano fueron cuatro micronaciones, tres de ellas repúblicas y una monarquía, encabezada por Ángel I de Imvrassia, quien nunca ocultó sus aspiraciones a ser Rey de Timeria desde muchos años atrás. Según los propios fundadores se eligió la monarquía como institución para garantizar una mediación entre las corrientes internas, una especie de arbitraje, evitando la inestabilidad.
Para los republicanos, el tiempo ha demostrado que la monarquía no ha sido capaz de garantizar la estabilidad ni de mediar en los conflictos internos. Para los monárquicos hasta ahora no había ningún problema, pero la salida de Arendia hizo tambalearse la micronación ante una posible avalancha de ciudadanos que emigraran, así que han acabado cediendo a crear un régimen de partidos políticos para que la corriente republicana tenga capacidad de presentarse al Senado y organizarse.
La figura del mesazón de Tarevia, Gaius Iunius Salinator, sale refozada después de todo porque ha sido capaz de evitar el separatismo y también ha salvado por ahora a la monarquía de caer, aunque no se sabe el futuro de la micronación a largo plazo ahora que los republicanos tendrán reconocimiento pleno y capacidad para presentarse a elecciones.