No es que hayan tenido una relación diplomática fluida en los últimos años, de hecho ni siquiera han formalizado relaciones. Pero lo cierto es que, por mucho que públicamente no se traten, hubo conversaciones durante los últimos meses entre la República de Marjantia y el Reino de Tarevia.
Sus pasos se cruzaron cuando los tarevianos empezaron a celebrar su Liga Virtual de Fútbol de Tarevia (LIVITA), con la que quiso lanzar una respuesta al simulador de fútbol presentado meses atrás por los marjantinos.
Durante varias semanas se intentó casar el sistema de simulación tareviano con el de Marjantia, nunca creyeron que fuera imposible, más bien al contrario: lo consideraban además necesario. Los problemas vinieron cuando Marjantia les comentó sus planes para hacer público el código de la futura competición de simulación de fútbol.
La LIVITA se organiza con un programa de código cerrado desarrollado por la empresa privada Tarevia Ex Machina. Para los tarevianos, es imprescindible no abrir el código porque comprometería los esfuerzos de inversores que apostaron por esta actividad.
Así que después de meses de conversaciones y acercamientos, ambas micronaciones tomaron la decisión de que es imposible hacer algo juntos en lo que respecta a eventos, por lo que LIVITA seguirá por ahora su propio camino al margen del simulador desarrollado por Marjantia, y no unirán esfuerzos para actualizar los juegos o crear uno nuevo a partir de ellos.