Tras la sonada dimisión de José Antonio Silva como presidente de la Federación de Beltarina y gobernador de Heltria, abandonando esa entidad Beltarina, y ante los terribles datos en los últimos años de micronaciones extintas por sucesivas crisis de actividad, varias micronaciones apostaron por una nueva fusión uniendo esfuerzos creando la República Federal de Dibela, con la que esperan tener más estabilidad.
Los tres fundadores principales son micronacionalistas veteranos bien conocidos: José Vrammout, el que fuera fundador y presidente de la República de Azagana, una de las fundadoras de Beltarina, Zósimo Sadot, que desintegró Alminda por falta de ciudadanos activos para no seguir adelante con una micronación unipersonal, y Juan Suárez García, uno de los fundadores de la República de Diantia, y también creador del Instituto José Petisco.
Ya se han celebrado elecciones para elegir al presidente, y las ganó José Vrammout por amplia mayoría. Precisamente él justificó la creación de esta nueva micronación porque “necesitamos un espacio seguro donde organizar concursos culturales y actividades divertidas, también para formar a la gente, fomentar el emprendizaje”.
Vrammout asegura “estamos todos muy ilusionados con esta micronación, vamos a dedicarnos de lleno a ella, a crear una legislación fuerte para no repetir los errores que llevaron a la perdición a otras en el pasado, también para blindarla de personas tóxicas que puedan intentar echarla abajo”, seguramente estas últimas palabras hacen referencia a la trayectoria de José Antonio Silva, que ha sido muy criticada por muchos micronacionalistas desde hace años.
El presidente de Dibela añadió “vamos a trabajar con fuerza para levantar pronto instituciones fuertes, aunque ya está decidido mantener el Instituto José Petisco como referente nacional, también el Atlético Azagana como equipo deportivo, pero nos gustaría tener referentes nacionales no solo de los estados federados para proteger mejor la construcción patriótica”.
Por el momento se declaran micronación de tipo Estado Híbrido, “vamos a operar como sociedades digitales, pero no descartamos en un futuro organizar actividades en territorio físico propio” zanja Vrammout.